Que es la empatía?
Algunos especialistas definen la empatía como el proceso cognitivo y emocional a partir del cual somos capaces de ponernos en el lugar del otro, interpretar y sintonizar con su lenguaje corporal, imaginar cómo se siente, en definitiva, cuando empatizamos, las emociones del otro (humano o animal), resuenan en nosotros.
Muchos profesionales insisten que la convivencia entre animales de compañía y niños ayudan a la capacidad de los niños de empatizar con su entorno tanto animal como humano. Las conductas de apego de cuidado y proximidad entre los niños y los animales con los que conviven, crea una viva y recíproca alianza, Bowlby (1969).
Varios estudios han valorado el rol que juegan los animales en la vida de los niños/as y adolescentes con los que conviven. Esta demostrado que los animales influyen en cómo ven el mundo, en cuan importantes y capaces se sienten, contribuyendo a generar sentimientos de pertenencia y seguridad. Siegel (1990) y Newby (1999), mostraron que los niños ven a los animales como proveedores de muchos beneficios, incluyendo el compañerismo, la seguridad y sentimientos de ser amado.
Los niños/as se sienten naturalmente atraídos por los animales, pero quererlos y atenderlos adecuadamente son habilidades que deben adquirir a partir de la educación, en casa y en la escuela. Favorecer el respeto y amor a los animales en los niños refuerza valores como la ayuda al más vulnerable y la necesidad de ser atento, paciente y afectuoso con éste. Así, los niños educados en el respeto hacia los animales, adquieren una buena base para las interacciones sociales y muestran mayor facilidad para expresar sus emociones.
Siguiendo a Bryant, (1999), los factores que inciden en el papel positivo de los animales en el desarrollo de niños y adolescentes:
(a) la reciprocidad, la experiencia de dar y recibir atención y apoyo
(b) el afecto perdurable, la percepción de los niños de la calidad duradera de la relación
(c) la exclusividad
(d) la confianza del niño en el animal como un confidente.
Estos efectos, pasan por el establecimiento del vínculo afectivo con el animal, algunos estudios apuntan, que los niños con un vínculo emocional muy fuerte con sus animales, desarrollan puntuaciones más elevadas en empatía y conducta prosocial que los niños con un vínculo más débil, Vidovic et al. (1999).
¿PORQUÉ PROMOVER LA EMPATÍA HACIA LOS ANIMALES EN LOS/AS NIÑOS/AS?
Los niños que tienen la capacidad de empatizar con otros, incluyendo animales, son más propensos a convertirse en adultos bondadosos y considerados con los demás.
Implica la integración de otras competencias emocionales previas, imprescindibles para el desarrollo de la empatía, Feshbach (1982), sugiere un amplio espectro de posibles efectos asociados a la capacidad de empatizar, concretamente: un mayor nivel de competencia social y emocional que tiene como resultado, la compasión, cuidado del otro, regulación de la agresión y otras conductas antisociales, aumento de la autoconciencia, mejora en las habilidades comunicativas y una mayor cohesión entre los aspectos cognitivos, afectivos y de comportamiento.
Supone el desarrollo de un autoconcepto positivo en los/as niños/as, ya que los niños que tienen una mejor percepción de sí mismos, de su capacidad de ayuda, y han sido alentados en estas competencias, tienen más tendencia a empatizar con los demás, percibiéndose capaces de aliviar el dolor en otros Barnett, Thompson y Pfeifer (1985).
Valores fundamentales como la ternura o la compasión no serían posibles sin la empatía.
The Orca Awareness Project es un corto de animación creado por Joey Cheers, Teon Simmons, & Fishy Thom que describe la verdadera empatía a través de los ojos de una niña que observa maravillada a una orca en un acuario. Al principio disfruta con sus movimientos, pero pronto descubre con tristeza que la orca, no puede ser feliz. Ver Video.
LAS INTERVENCIONES ASISTIDAS CON ANIMALES COMO RECURSO ÚTIL EN EL TRABAJO DE LA EMPATÍA
Competencias como la detección de las propias emociones, la autorregulación y la empatía se incorporan como objetivos comunes en todos los proyectos de intervención facilitada con animales que realizamos con niños y adolescentes. Para potenciar su desarrollo, los animales son unos colaboradores inestimables, ya que es a partir de la actitud empática con ellos, que ésta se traslada al equipo de terapeutas y educadores.
Para ello, empleamos una metodología de trabajo en la que las emociones, necesidades y motivaciones del animal de terapia son muy importantes, al igual que las de los miembros humanos del equipo. Con ello, pretendemos ofrecer modelos respetuosos hacia los animales y las personas. El Proyecto “Quererlos para quererme” desarrollado en la protectora de animales y plantas de Alcoy, dirigido a adolescentes en situación de riesgo, es un claro ejemplo de ello. Cada adolescente participante debía ocuparse de la educación, rehabilitación y cuidado de un perro determinado en situación de abandono. Según los progenitores de los menores participantes, el 80% se mostraba más sensible a personas y animales vulnerables tras su participación en el proyecto.
Para promover el desarrollo de actitudes empáticas es fundamental durante la intervención con el animal de terapia, el crear un clima, un discurso terapéutico y por supuesto, modelos y actividades adecuados:
- Favorecer la vinculación afectiva del niño/adolescente con el animal de terapia.
- Presentar al animal de terapia como un ser con sus propias necesidades y motivaciones.
- Educar con respecto a la etología básica del animal favoreciendo la comunicación e interpretación de lo que el animal quiere transmitir.
- Reforzar de manera constante los logros de los niños y adolescentes participantes en la terapia a partir de la utilización de un lenguaje positivo, centrado en las potencialidades, nunca en las carencias.
- Ofrecer modelos adultos empáticos, sensibles y compasivos con los animales y con las personas.
Como ejemplo: La capacidad de identificar emociones en los animales puede ser una maravillosa base para la identificación de estas mismas emociones en personas. La observación de animales e interpretación de sus conductas y motivaciones también puede favorecer una actitud más empática con las personas. Partiendo de esa capacidad de conectar con las emociones del otro favorecemos la capacidad de ponernos en su lugar.
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